WhatsApp, que pertenece a Facebook desde 2014 por 19.000 millones de euros (calderilla para Mark Zuckerberg), se encuentra en plena encrucijada contra la legislación de varios países. El motivo: las nuevas condiciones de uso de la aplicación en la que los usuarios ceden, entre otros datos, su número de teléfono a Facebook. La aplicación líder en mensajería instantánea ya ha superado los mil millones de usuarios en todo el mundo. ¿Imaginan lo que supone para Facebook conocer todos esos datos? La red social por excelencia facturó durante el último trimestre de 2015 un total de 3.690 millones de dólares, un 25,5% más que el mismo periodo del año anterior. Sí, Facebook gana dinero y lo hace a nuestra costa. Lo hace a través de Facebook Ads, aplicación que utilizan las empresas para llevar a cabo acciones publicitarias en la red social.

 

Alemania

En Alemania, el organismo encargado de regular la protección de datos, el Hamburg Commissioner for Data Protection and Freedom of Information, ha exigido a Facebook que deje de compartir los datos de usuarios alemanes entre su red social y su app de mensajería. Además, también han dictaminado que Facebook debe eliminar todos los datos recopilados a través de este método entre los más de 35 millones de usuarios germanos que utilizan WhatsApp. Los alemanes consideran que Facebook ha engañado a los usuarios de WhatsApp. Un hecho que constituye una infracción, según la legislación alemana.

 

Reino Unido

En Reino Unido también han abierto una investigación para analizar el acuerdo entre Facebook y WhatsApp. La comisión de protección de datos británica ha anunciado la apertura de una investigación. Desde la institución consideran que los usuarios de WhatsApp han sido engañados y que se han vulnerado sus derechos de privacidad, ya que la app obligó a todos los usuarios a aceptar las condiciones de uso para seguir utilizando la aplicación, una cuestión opcional en un principio.

Cuando Facebook adquirió WhastApp en 2014 hubo un compromiso por escrito entre ambas compañías para no compartir información y se presentó como una adquisición en la que ambas entidades funcionarían de forma autónoma. Una cuestión que no es así dos años después de la firma del acuerdo.

En España las instituciones se han limitado, de momento, a asegurar que están revisando el caso. En una primera instancia, las autoridades no observaron ninguna vulneración. Días después, tras recibir presiones de asociaciones de consumidores, se retractaron y aseguraron que estudiarían el caso, aunque todavía no se han pronunciado al respecto. De momento, Facebook en España tiene acceso a nuestros datos.